martes, 29 de abril de 2008

Dice el Cuchi Leguizamón: "Mire, nosotros teníamos un amigo, don Juan Riera, quien era propietario de una panadería en la calle Lerma. Manuel (Castilla) todas las mañanas le compraba el pan calentito, pero una vez al Barbudo lo dejaron sin trabajo en el diario El Intransigente, entonces no fue más. Pero al poco tiempo Rierita comenzó a llevarle personalmente el pan de la mañana. Manuel le dijo que no lo aceptaba porque no podía pagarlo y ¿sabe qué le contestó Rierita? ‘Antes cuando usted podía, venía y me compraba el pan, pero ahora que no puede es mi obligación llevárselo todos los días’. Mire qué filosofía."

domingo, 20 de abril de 2008

hace tiempo que vengo mentalizandome para aceptar que nadie sea imprescindible en mi vida. porque se que en algún momento voy a tener que prescindir de todos. tal vez no todos juntos, pero si por separado. esto es un camino por el cual sólo nosotros vamos del principio hasta el final. hay muchos en el medio que comparten un trecho más largo o más corto, pero eso no signifca que estén hasta el final.
se que aceptar eso es dificil, pero en mi caso se me ve más parecido a la supervivencia que no aceptarlo. traté de transmitirte esa idea muchas veces, pero no parece que la hayas tomado. y bueno, ya ves, ahora tal vez te hubiera servido.
pero siempre es mejor tarde que nunca, y si empezás ahora en algún momento lo vas a superar y esa experiencia te va quedar para siempre.

jueves, 17 de abril de 2008

quien haya tenido que tomar un colectivo en hora pico sabrá que la situación no está facil. en este sentido y según se lo mire es que estoy entre los afortunados que no se ven obligados a hacerlo a diario o entre los desafortunados que deben hacerlo al menos una o dos veces por semana.

dejando de lado el grado de comodidad con que se viaje, hoy en día ya lograr subir al transporte se ha convertido en una de las necesidades básicas insatisfechas.

he llamado a la empresa micro omnibus sur sociedad anónima para transmitirle la problemática y el encargado de oir mi discurso me confesó que él mismo teniendo un auto y no estando conforme con el tránsito entre la capital y el suburbano había decidido ir en tren. el resultado fue peor de lo que se imaginaba: el tren tardó el doble de tiempo en hacer su recorrido debido a que las puertas no cerraban.
quisiera imaginar a gandhi en ese momento, pero no logro ni un esbozo de la cara que pondría.

ahora bien, ¿que pasa si el transporte que debemos utilizar ni siquiera tiene la obligación de parar en todas las estaciones? si hablamos de un colectivo lleno y de mi experiencia personal te puedo decir que es lo que pasa: en el mejor de los casos la posición de tu brazo haciendo seña de parar será tomada con indiferencia. en el peor, alguien colgará su abrigo de él.

entonces es donde me veo tan indefenso como pocas veces me vi. me pregunto cuales son mis posibilidades y opto por la de esperar a que la suerte me brinde un colectivo que pare lo antes posible (descartando la de ir caminando). si los astros están de mi lado tal vez llegue sólo un poco tarde al destino. sino llegaré para saludar e irme pidiendo disculpas ó, por qué no, tal vez nunca.

me gustaría que esto lo pudiera leer la mayor cantidad de gente posible, y que, al menos, aporte su humilde opinión (ó su soberbia opinón). me gustaría conocer a un nivel más global como se vive esta situación. espero que los astros esta vez esten de mi lado