voy a escribir sobre el pollo ricardo.
el pollo ricardo es un pollo alto y flaco.
un día fue a comprar un libro y se llevó una gran sorpresa.
cuando se dirigió a pagar el libro de su elección, un vendedor de dudosa voz de locutor lo anotició de la nueva modalidad vigente que consistía en una alternativa comercial: se trataba prácticamente de un alquiler.
el cliente podía elegir si llevarse el libro para siempre, ó, por un cuarto del precio de venta, adquirirlo en comodato por seis meses.
al pollo ricardo le resultó interesante en el momento, y luego de compralquilar su libro, se dedicó a pensar en qué iba a gastar los 18 pesos que se había ahorrado, olvidandose asi del asunto del comodato.
seis meses pasan rápido, y más para el pollo ricardo, que posee una forma envidiable de practicar lo que se conoce popularmente como "vivir el presente".
por eso cuando esa mañana recibió en su domicilio y previa firma la notificación de expiración del período de propiedad de aquel libro se quedó prácticamente preocupado. por supuesto que no tenía la menor idea de que había sido de la vida del mismo, y si bien durante el día lo pensó una o dos veces, en el fondo estaba seguro que el libro no aparecería.
la notificación indicaba dos alternativas de validez legal: devolver el libro con sus facultades íntegras, o en su defecto pagar el costo del mismo en efectivo.
otra característica que muchas veces se le envidió al pollo y que se lo relaciona generalmente con filosofía oriental, es el hecho de dar prioridad siempre a la tranquilidad personal por sobre el dinero, y considerar cualquier gasto en virtud de la misma como una inversión.
queda sobreentendido que en cuanto tuvo un tiempo libre el pollo ricardo fue efectivamente a realizar el pago por aquel libro que otra vez le costaba recordar incluso cual era. pero en su entrada al local moderno del que fue cliente eventual una vez, algo se le iluminó por dentro. no se sabe bien si a causa de las fuertes lámparas y las paredes blancas y altas del recinto o si fue efectivamente una de esas ideas.
la realidad es que el pollo ricardo relacionó un par de elementos que tenía a mano y llegó a la conclusión de que tenía las dos alternativas que le ofrecía aquella notificación, y no solo una. es decir, que podía pagar los 24 pesos que salía aquel libro o bien podía devolverlo si lo adquiría nuevamente en ese momento. y adquirilo nuevamente además le representaba una ventaja económica ya que podía hacerlo no por 24, sino por sólo 6 pesos.
el vendedor que se pretendía locutor ya no estaba, pero un perfecto imitador que ocupaba su lugar no se inmutó ante la extraña maniobra que realizaba el pollo.
el pollo ricardo se sintió prácticamente bien. creyó por ese momento que nadie comprendía tanto el sistema como él. lo creyó, justamente, sólo por un instante. porque al decir verdad antes de salir por la puerta del moderno local ya estaba con la cabeza puesta de lleno en lo que iba a hacer con 18 pesos que tenía en el bolsillo.
seis meses pasan rápido, y más para el pollo ricardo, que la mañana en que vencía el plazo de posesión del nuevo ejemplar de aquel libro que aun no logra recordar se siguió tomando su licuado con envidiable tranquilidad mientras leía la notificación que le daba una vaga idea de que algo de eso ya le había pasado.
viernes, 2 de mayo de 2008
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